Nunca habían sido de mi agrado las Matemáticas. Una alergia que podría rozar lo fóbico me hizo desde siempre huir ante su mera presencia, ante su aplastador dominio como si de una mortífiera plaga se tratara. Como si de una niebla aniquiladora que me perseguía y me acorralaba de un modo axfisiante me escondía para protegerme de ellas.
Los cálculos y operaciones matemáticas me producían una angustia y un pánico solo comparable al que imagino podría sentir con mi cuello desnudo y palpitante bajo brillo del filo de una guillotina a la espera.
La realidad ha sido sin embargo aplastadora como un tanque de guerra y hace años que presenté mi rendición. Hoy vivo a su servicio.
He pasado de la rendición a la pasión y de la resignación a un estremecedor placer contemplando su belleza.
Hoy me pliego a su dominio, el dominio del mundo. Hoy soy su fiel esclava. A ellas me someto mientras se encargan con el virtuosismo de un prestidigitador de dirigir y manipular la ingenería de la realidad. Todo lo manejan como si de un cruel amante se tratasen.
El producto no se altera por el orden de los factores, moda, media mediana y si A=B y B=C A=C. Manejará el resultado quien maneje la agenda...
...y recordad que os habla la Reina Ensangrentada.
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