He pensado yendo hacia mi coche al salir de trabajar "que más da" y he sentido un cierto alivio al perder toda esperanza por un instante, al imaginar mi vida otra sin el desvelo de conseguir un imposible.
No da igual la familia.
Ni los amigos.
Ni un trabajo.
No dan igual
Pero vivir sin amor? que más da.
Hay vidas destinadas a una cosa y vidas destinadas a otra. Esas vidas destinadas a otra cosa son las de gente con una sonrisa en la boca y un poso de tristeza en la mirada casi imperceptible pero perpetuo por vivir siempre
la vida de los otros, por algún motivo.