No me gusta la venganza, no me produce ningún placer ni satisfacción. Me parece una actividad estéril y potencialmente venenosa que no nos devuelve jamás lo que nos quitaron.
Sólo en ocasiones me planteo que determinadas personas deberían pasar por determinadas situaciones y sentir en su piel el peso de sus decisiones o sus actitudes, de ese absoluto desconocimiento hacia todo lo que no sean ellos mismos y su desprecio radical hacia la vida de los demás.
Es probable que de nada sirva porque tenemos tendencia a no aprender de los errores y sobre todo a culpar a los demás de nuestras miserias.
Sin embargo supongo que el mero hecho de ver a alguien "retratado" sin ánimo de brindarle un padecimiento nos facilita una pequeña reparación del daño. Una especie de justicia cósmica.
Las cosas casi nunca salen como las planeamos
Así que, aquí me tienes, teniendo paciencia.
Una de las cosas que mejor sé hacer
En realidad nunca me ha importado esperar.
Me educaron así. En la templanza.
En que todo llega a su debido momento
Sólo es necesario mantenerse en el lugar correcto
En tu puesto.
Cuando tengas dudas piensa en esto:
Del mismo modo que entramos, saldremos.